Ha pasado un año desde mi adhesión a REDCA.
Reconozco la utilidad y el valor de la Consultoría, aunque la disciplina que yo trabajo no es la Consultoría sino el Coaching.
Como Coach no ofrezco soluciones, ya que el Coaching parte de la premisa de que el cliente es el experto en su vida y en su trabajo.
Mi misión, por tanto, no es aconsejar ni orientar sino estimular el auto-descubrimiento, ayudar a la identificación de recursos, fortalezas y habilidades para la consecución de resultados.
Sin embargo, sí que me siento profundamente identificada con los valores y formas de hacer de la Consultoría Artesana y por ello quiero hacerlos públicamente míos.
Si tú también compartes estos valores puedes adherirte en: Adhesiones
La declaración:
Somos profesionales que trabajamos por el cambio y la mejora de las organizaciones, un trabajo que suele englobarse bajo el término de consultoría. A esta denominación le añadimos un adjetivo que representa un atributo diferencial: hacemos consultoría artesana. Nos definimos como estructuras simples y autónomas, talleres más que fábricas donde abordamos proyectos de dimensión humana.
La consultoría artesana es una alternativa a la manera dominante de hacer consultoría que aporta nuevas perspectivas, enfoques y valores a la hora de abordar el cambio en las organizaciones. Se define, por tanto, mediante estas señas de identidad:
- Trabajamos con las personas. El conocimiento, la ilusión y toda la energía necesaria para el cambio y la mejora residen en las personas, una a una, pero también organizadas y en equipo. Por eso, más allá de clientes, decimos que trabajamos con personas y no con corporaciones.
- Nos gusta nuestro trabajo. Nuestra materia prima es el conocimiento, algo que no se genera con horario fijo o en espacios concretos. De ahí que no establecemos rígidas separaciones entre nuestra labor de consultoría y otras facetas de nuestra vida. Integramos nuestro trabajo como una actividad más de nuestro quehacer cotidiano.
- Colaboramos de manera abierta. Con cada caso y proyecto generamos conocimiento, pero nuestro valor no reside en atesorarlo, ni en métodos y técnicas privativas a resguardo de clientes y de otros profesionales, sino en abrirlo a nuestra comunidad.
- Somos red, que en buena parte se refleja y apoya en nuestros blogs y en los medios sociales en que participamos. A través de estos canales distribuimos y compartimos conocimientos, ideas e inquietudes.
- Somos una comunidad de práctica en la que aprendemos a través de conversaciones entre iguales, cuyo fundamento no está tanto en el qué sino en el cómo.
Estas características esenciales se traducen en las siguientes prácticas:
- Buscamos imprimir carácter y sentido personal a lo que hacemos, de manera que cada caso es un proyecto nuevo. En él incorporamos nuestra materia prima, el conocimiento abierto, así como el aprendizaje anterior y la experiencia renovada. En este marco, innovar no es una actividad instrumental sino un imperativo implícito.
- Aprendemos a través de la experimentación y del error, de la desviación y de la corrección del rumbo planificado, y nos renovamos con cada trabajo. Ya que el aprendizaje sucede antes, durante y después de cada proyecto, la acción y la revisión resultan imprescindibles para aportar soluciones.
- Buscamos divertirnos con cada trabajo porque para anclar y asimilar los aprendizajes es fundamental la ilusión y la emoción por el trabajo bien hecho. Por eso compartimos esta pasión con las personas con las que colaboramos.
- La diversidad es una de nuestras principales riquezas porque trabajamos con personas y aprendemos de lo diferente, no tanto de lo conocido. Incorporamos a nuestra red a quienes pueden aportar conocimiento, ideas y experiencia en sintonía con la manera de hacer propia de la consultoría artesana.
- Confiamos en la meritocracia como vía de desarrollo. Ser parte de una red posibilita buscar, para cada proyecto, las personas y los conocimientos idóneos, porque la prioridad reside en que el proyecto culmine con éxito. Sabemos que esto es lo mejor para nuestra reputación y fiabilidad a largo plazo y para construir relaciones de confianza con nuestros clientes.
- Abogamos por modelos no invasivos de acercamiento a los clientes, que se basen en prescripciones y referencias de proyectos anteriores como mejor carta de presentación.
Nuestros proyectos son nuestros talleres y cada resultado una pieza singular, consecuencia natural de haber sido desarrollada en un momento único, gracias a la experiencia renovada y al conocimiento conjunto y compartido. Esta particular manufactura sólo es posible desde algunos valores que consideramos básicos:
- Franqueza. Trabajar con personas en el mismo plano de colaboración nos facilita decir que no cuando por ética o viabilidad el proyecto no nos convence. Además, nos permite advertir mejor el error en la ejecución de cualquier proyecto.
- Pragmatismo que permite conciliar la vocación por el trabajo bien hecho con las circunstancias y requerimientos de cada proyecto, de manera que el mejor logro sea, también, el logro posible.
- Simplicidad que nos aporta concreción y capacidad de reacción. Articulamos cualquier estrategia a largo plazo mediante aproximaciones sucesivas que facilitan el conocimiento progresivo y mutuo con las personas con las que trabajamos.
- Sobriedad en infraestructuras y recursos, compromiso con el open source y con el conocimiento libre.
- Re(d)lación de confianza y perdurable que surge de trabajar con personas e implica establecer relaciones más allá de las contractuales del proyecto. En definitiva, incorporar a esas personas a nuestra red.
Quienes proponemos esta declaración, sus señas de identidad, prácticas y valores, nos organizamos mediante talleres. El taller concreta y da sentido a nuestra red abierta de consultoría artesana. Se define como una plataforma de re(d)lación en la que colaboramos profesionales de la consultoría, clientes y otras personas interesadas. El taller incorpora recursos, conocimientos, ideas e inquietudes que provienen de la práctica profesional y los abre a toda nuestra comunidad.
Alfonso Alcántara, José Miguel Bolívar, Anna Cabañas, Vicent González, Julen Iturbe-Ormaetxe, Carmen Jasanada, Manel Muntada, Nacho Muñoz, Dolors Reig, Amalio A. Rey, Miquel Rodríguez, María Jesús Salido, Luis (tic616)
26 de enero de 2010
El documento original en: Consultoría Artesana
Hola, Paz. Quizás esto no sea muy correcto pero a mi me parece que las definiciones profesionales son cada vez más líquidas.
¿Qué impide que el «coaching» se desarrolle bajo el paraguas de la consultoría?
Para mi es más fácil que podamos empezar a hablar con un potencial cliente diciendo que somos consultores que diciendo que somos coaches. Creo que es algo parecido a la venta, que ya no consiste en dar soluciones sino en ayudar a identificar necesidades antes que soluciones.
A mi cada vez me resulta más difícil decir cuál es mi profesión. Sin embargo, me parece más fácil identificar necesidades y luego decir si puedo o no ayudar a solucionarlas.
Alberto,
Me gusta eso que dices, primero identificar necesidades para luego decir si puedo o no ayudar.
No los veo como mutuamente excluyentes, pero para mí hay mucha diferencia entre un consultor y un coach.
Por ejemplo, en “mi tema”, un Consultor de Carrera seria alguien que habla contigo para conocerte a fondo y para descubrir tu talento y, en función de esto, te propone un plan de desarrollo para obtener un resultado que nace de la conformidad de las dos partes.
En mi caso como coach de carrera te ayudaría a conocerte mejor, te acompañaría en el camino para facilitarte el descubrimiento de tus objetivos, poniéndote cara a cara frente a tus valores y creencias. Te situaría en un marco de responsabilidad, en el que tomarías conciencia de las acciones que tendrías que realizar para lograr los resultados que deseas.
Creo que las dos figuras tienen gran valor y utilidad en el mercado y que pueden complementarse muy bien.
Por ejemplo, si yo quiero mayor rentabilidad para mi negocio buscaré un consultor financiero. Éste me ayudará a obtener el mayor rendimiento a mis finanzas. En este caso necesito a un experto que me aporte los conocimientos y experiencia de los que yo carezco.
Por el contrario, si quiero saber a qué actividad profesional me debería dedicar para encontrar el equilibrio entre ingresos necesarios y el tipo de vida que deseo, contrataré a un Coach. En este otro caso necesito un experto que me ayude a identificar prioridades, evaluar alternativas o descubrir recursos que me faciliten tomar la decisión adecuada e implantarla.
Me parece muy sólido y bien estructurado lo que argumentas Paz. Casi me da apuro seguir diciendo algo porque lo que dices está muy bien hilado.
A mi me dan un poco de miedo las definiciones. Porque ponen límites, porque ponen vallas al campo. En la realidad profesional que yo vivo a veces hay que amasar y otras hay que hilar y me parece muy difícil -aunque supongo que un buen coach con recursos lo hará- optar siempre por el mismo camino.
Hola, he visto este post, y los comentarios derivados, y a parte que me resultan muy interesantes, y muy compartidos, quería trasnmitir la elección de «Coaching ArteSano» como, digamóslo, nombre comercial. Esto responde a una identificación personal con este concepto, que veo, y me alegra, compartimos más personas.
Un abrazo
Txema Ventura
Coaching ArteSano