
El saber en qué eres realmente bueno te puede ayudar a decidir tu futuro profesional.
Todos poseemos talentos, habilidades o dones especiales que nos hacen ser los mejores para alguna actividad.
Es probable que si te pregunto en qué eres bueno, tu primera reacción sea pensar en aquellas cosas que te gustan de ti.
Recordar aquello que hacemos sin demasiado esfuerzo, y por lo que nos felicitan nuestros amigos, nos puede ayudar a reconocer nuestro talento especial.
Pero también es posible descubrir nuestras cualidades si nos fijamos en nuestros defectos. El truco está en cambiar el enfoque. Cambiando de perspectiva podrás descubrir que esos, hasta ahora, defectos pueden ser grandes habilidades.
Nuestros defectos pueden ser nuestros mejores aliados si cambiamos el lugar y la situación en que se producen. La misma persona puede ser vista como testaruda, cabezota, inflexible y rígida o como una persona tenaz, perseverante, luchadora y segura de sí misma. Una misma aptitud puede ser un defecto o una virtud dependiendo de la situación.
La realidad es el resultado de la interpretación que hacemos de lo que nos sucede. Muchas cosas, que no nos gustan de nosotros, pueden hacernos excepcionales en nuestra profesión.
Afirmaciones como me obsesiono demasiado, soy muy perfeccionista, soy demasiado joven o estoy cansado de que todos esperen a que yo tome la iniciativa son ejemplos de cualidades disfrazadas de defectos.
Frente a estas afirmaciones te puedes preguntar:
- ¿En qué lugares podría tener esto utilidad?
- ¿Cuándo es útil?
- ¿Qué personas valoran y agradecen esta forma de actuar o de ser?
- ¿En qué situación puede ser útil?
- ¿Dónde es imprescindible que el trabajo lo realice una persona como yo?
Es de gran utilidad descubrir la esencia responsable de nuestros comportamientos. Una vez que sepamos la intención de nuestro comportamiento dejaremos de luchar contra nosotros para trabajar en adaptarnos a cada situación.
Porque nada es verdad ni es mentira, todo depende del color del cristal con que se mira.
Un defecto se puede convertir en una virtud si se cambia de contexto, como comentas en el artículo. Además, cambiar o superar lo que consideramos un defecto muy a menudo conlleva andar un camino por el que se aprende mucho.
Sin duda, el trabajo de cambiarnos nos enseña muchas cosas sobre nosotros mismos.
Un abrazo
Hay cosas que están muy mal vistas, pero que son bastante útiles, voy a poner varios ejemplos:
– La envídia, que tiene muy mala fama, pero si la reconoces y la utilizas bien, puede servir de acicate para mejorar uno mismo.
– La ira, que también parece pésima, pero …. te da una cantidad de energía «salvaje» estupenda para poder utilizarla al instante.
Hay una cosa importante «reconocer» la emoción, si no sabemos ni lo que sentimos, no lo podemos utilizar.
Me gusta mucho esa canción de «Jarabe de Palo» que dice «depende ¿de qué depende? de según como se mire todo depende ….» …. pues eso.
Sí, decía algo parecido en el post anterior, en ocasiones la emoción que estamos sintiendo nos ayuda a alcanzar nuestros objetivos.
Hay emociones negativas o como tú dices «mal vistas» que nos dan la fuerza del «Increíble Hulk» y que podemos usar en nuestro beneficio.
Un abrazo
Sorry for the huge review, but I’m really loving the new Zune, and hope this, as well as the excellent reviews some other people have written, will help you decide if it’s the right choice for you.