Nadie puede hacer que te sientas inferior si tú no se lo permites. Eleanor Roosevelt
Un chico de primero de bachiller me contaba que la mejor forma de sobrevivir en El Instituto es pasar desapercibido. Que la única forma de que «los matones» te dejen vivir es evitar que se fijen en ti.
Me comprometí con él a publicar en mi blog un fragmento del libro Coaching para el Éxito de Talane Miedaner en el que cuenta como protegernos con elegancia.
Es un modelo muy sencillo de cuatro pasos. Transcribo literalmente:
Informar: “¿Te das cuenta de que me estás gritando?” o “¿te das cuenta de que ese comentario es hiriente?” O también “no te he consultado sobre esa cuestión”. Si la persona continúa con su inaceptable conducta, pasa al segundo paso pero nunca antes de haber dado el primero
Pedir:”Por favor, deja de gritarme” o “sólo te he pedido una crítica constructiva”. Si la persona todavía no lo entiende y continúa actuando del mismo modo, prueba con el tercer paso
Exigir o insistir: “Insisto en que dejes de gritarme ahora mismo”. Si la persona aún persiste en su conducta, da el siguiente paso
Irse (sin entrar en discusión ni responder de mala manera): “No puedo continuar con esta conversación si sigues gritándome. Me voy”
La clave para el éxito de esta estrategia es mantener un tono de voz neutro, sereno y calmado, sin expresar emociones. Deberás hacer los comentarios en privado, evitando que estén presentes terceras personas.
Tanto jóvenes como mayores, en ocasiones, nos encontramos con personas que traspasan los limites y nos hacen vivir situaciones desagradables. Cuando os tropecéis con ellas podeis usar este sencillo método. Espero que os resulte de utilidad.
Excelente guía para comportarse civilizadamente, sin importar que otros no lo hagan. 🙂