
«Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo». Arquímedes
“Desde muy temprana edad nos enseñan a analizar los problemas, a fragmentar el mundo. Al parecer esto facilita las tareas complejas, pero sin saberlo pagamos un precio enorme. Ya no vemos las consecuencias de nuestros actos; perdemos nuestra sensación intrínseca con una totalidad más vasta”. Fragmento de La quinta disciplina de Peter M. Sengue
En ocasiones examinamos las situaciones desde un enfoque reduccionista, es decir, analizamos y descomponemos con la idea de que el todo es simplemente la suma de las partes.
La lógica no siempre ayuda a resolver problemas. Ni las personas, ni los acontecimientos se rigen por las reglas de la lógica.
Diseccionar un problema nos puede ayudar a encontrar soluciones, pero cuando nos enfrentamos con un sistema lo más eficaz y beneficioso es cambiar el pensamiento lógico por el pensamiento sistémico.
Pero, ¿qué es un sistema? Es una entidad cuya existencia y funcionamiento se mantienen como un todo por la interacción de las partes.
El pensamiento sistémico es una forma de pensar que sirve para resolver problemas, para modificar el pensamiento que los origina, para reducir o evitar el esfuerzo permanente ante los problemas.
Se trata de averiguar y eliminar lo que impide que el sistema funcione como nosotros queremos.
Y ¿cómo reconocemos un sistema?:
- Las partes están interconectadas formando un todo
- Cambia cuando se quitan o añaden piezas
- Cuando se divide en dos no se obtienen dos sistemas sino sistemas defectuosos.
- Cuando la disposición de las piezas influye en el funcionamiento.
- Cuando las partes están conectadas y funcionan juntas.
- Cuando cambiando la estructura modificamos el comportamiento.
Si se dan estas circunstancias estamos ante un sistema.
Donde quiera que miramos hay sistemas: El cuerpo humano, la familia, la empresa,nuestro coche, un equipo de baloncesto…
Si queremos ejercer mayor influencia sobre ellos tenemos que entender cómo funcionan y aprender a predecir su comportamiento.
Esta semana me costaba hacer entender esto mismo a mis alumnos, hablando del funcionamiento de los equipos de trabajo. A muchos les sigue pareciendo mucho mejor repartirse tareas que compartir soluciones. Como dices, debe ser una cuestión de educación. Tuve la impresión de que están «programados» así…
Me ha gustado mucho tu post.
Gracias Ramon,
Tengo pensado escribir más post sobre pensamiento sistémico. Espero encontrar la fórmula para que no resulten muy densos. Se admiten sugerencias 🙂
Un Abrazo
Por darte ideas, voy a «divagar».
Mi experiencia es que una familia es un sistema, estamos fuertemente influidos por nuestros ancestros, incluso cuando no los conocemos, ese tio que se fue a Cuba, esa «sobrina» del cura, esa prima a la que papá quería mucho …. la influencia de los árboles genealógicos, parece que nuestro compañero de trabajo es idéntico a nuestro hermano …. sistemas engarzados unos a otros por lineas difusas ….
Bueno, tal vez he divagado demasiado ….
Gracias Juana por divagar,
Creo que has divagado muy acertadamente y en la cantidad justa.
Un abrazo y muchas gracias 🙂