La vida en familia supone nuestra primera escuela para el aprendizaje emocional: en tan íntimo caldero aprendemos qué sentimientos abrigar hacia nosotros mismos y cómo reaccionarán otros a tales sentimientos; cómo pensar a cerca de esos sentimientos y qué elecciones tenemos a la hora de reaccionar; cómo interpretar y expresar esperanzas y temores. Esta escuela emocional funciona no sólo a través de lo que los padres dicen o hacen directamente a los niños, sino también en los modelos que ofrecen a la hora de manejar sus propios sentimientos y aquellos que tiene lugar entre marido y mujer.
Daniel Goleman
La vida es una gran escuela, día a día nos enseña formas de convivir con nosotros mismos y nuestro entorno. Nuestros hijos aprenden de nosotros de la misma forma que nosotros aprendemos con ellos.
Progresar con nuestra inteligencia emocional consiste en gestionar mejor nuestras emociones.
Peter Salovey propone un modelo en el cual identifica cinco competencias emocionales:
- Saber identificar nuestras emociones. Conocer con precisión lo que estamos sintiendo en cada momento.
- Tener la capacidad de controlar nuestras emociones. Si dejas que las emociones te dominen es muy probable que te arrepientas de tus actos. Conocernos es el primer paso para controlar nuestras emociones.
- Ser capaz de motivarnos a nosotros mismos. Para conseguir esto, lo primero es aprender a fijar objetivos. Debemos saber que queremos conseguir y que beneficios obtendremos de nuestro esfuerzo. Es importante tener una idea clara de nosotros mismos y de las ayudas o apoyos con los que podemos contar.
- Comprender las emociones ajenas. La empatía es una habilidad fundamental, consiste en ponerse en lugar del otro y sintonizar con sus sentimientos.
- Controlar las relaciones. Esto consiste en relacionarnos correctamente con las emociones de las demás personas. Mantener relaciones auténticas y equitativas.
Desarrollar estas competencias es un objetivo ambicioso que podemos compartir con nuestros hijos. La recompensa, entre otras, relaciones más sinceras y armoniosas.