Si prefieres la mala suerte no leas esto

Por: Amarand Agasi

suerte por Amarand Agasi«No se trata de que las personas de éxito sean felices, sino de que las personas felices tienen más éxito» Richard Wiseman

Tener la actitud adecuada puede ser la clave para la buena suerte. Richard Wiseman en su libro «Nadie nace con suerte: el primer estudio científico que enseña a atraer y aprovechar la buena fortuna» nos dice que las personas con «buena suerte» tienen actitudes y comportamientos parecidos y aquellos que tienen «mala suerte» tienden a presentar rasgos opuestos.

El Dr. Wiseman ha realizado experimentos con cientos de personas y su investigación le ha llevado a concluir que la gente no nace con suerte, sino que la atrae y aprende a controlarla e incluso a aumentarla.

Para preparar el cóctel de la buena suerte de Wisman necesitas:

  • Disfrutar de un pensamiento optimista
  • Vivir favoreciendo que sucedan cosas positivas
  • Ser flexible ante la vida
  • Mantenerte atento a las oportunidades que se te presenten
  • No repetir el sitio de vacaciones
  • Aprender técnicas de relajación
  • Combatir los sentimientos negativos
  • Fomentar las relaciones con tus amigos y ampliarlas
  • Mostrar una buena imagen
  • Ofrecer un lenguaje no verbal cautivador
  • Dividir las metas en etapas

Los cuatro principios que caracterizan a las personas afortunadas son:

  1. Maximizan las oportunidades cuando surgen, saben ver, aprovechar y crear oportunidades. Son expertas en crear, fijarse y actuar de acuerdo con las oportunidades. Tienen una actitud abierta hacia la vida y las personas.
  2. Son muy efectivas a la hora de prestar atención a su intuición y trabajan para estimular sus habilidades intuitivas.
  3. Tienen confianza y esperan un resultado positivo. Crean una serie de profecías de autorrealización.
  4. No permiten que las dificultades les dobleguen, gracias a su actitud transforman la mala suerte en buena. Actúan para tomar el control de la situación cuando las cosas son desfavorables y ven el lado positivo de lo que ocurre.

Si como vemos la «buena suerte» depende de uno mismo y es nuestro comportamiento y nuestra actitud la que determina nuestra buena fortuna, parece evidente que, podremos mejorar nuestro destino realizando ajustes en determinadas actitudes.

Te dejo unas pocas preguntas por si quieres pensar más detenidamente sobre este tema:

¿Cómo haces para ver, aprovechar y crear oportunidades?

¿De qué maneras puedes estimular tu intuición? ¿Cómo vas a gestionar tu intuición para que sea más efectiva?

Cuando esperas resultados positivos ¿Qué haces? ¿Cómo te sientes? ¿Qué acciones concretas emprendes?

¿Cuáles son tus recursos para superar dificultades?

¿Qué tiene de positivo tu situación actual? ¿Qué vas a hacer para aprovecharlo?

10 comentarios

  1. Bueno, es un post cargado de esperanza para los «cenizos» que piensan que no tienen suerte y para cargarnos las pilas a los que sabemos, que primero está nuestra responsabilidad y luego las circunstancias, por ese orden, en lo que a «suerte» se refiere.

    Eso sí, lo de no repetir de sitio en vacaciones no lo veo 😉

    1. ¡Qué me vas a contar a mi sobre eso de no cambiar de sitio de vacaciones! Pero yo siempre preparo las recetas a mi manera, así que, mi cóctel de la buena suerte tendrá que preparase sin renunciar al lugar de vacaciones habitual, eso sí, estoy dispuesta a añadir algún otro lugar desconocido 😉

  2. Pingback: Bitacoras.com
  3. Querida Paz:
    De acuerdo, en lo esencial, con la hipotesis. Además de ser correcta, es práctica. Nos conviene creerla.
    Por relativizar, la buena suerte sólo depende en parte de nosotros. Digamos que podemos ayudar «tendencialmente» a que actúe a nuestro favor, y ya con eso debería bastarnos. Si seguimos esas recomendaciones del artículo, vamos a aumentar las probabilidades de tener buena suerte, pero siempre está en juego el factor aleatorio.
    Del mismo modo que tenemos que dejarnos de justificar con la coartada de la suerte, es bueno también aceptar su influencia cuando hemos hecho todo lo posible por conseguir algo. Esa actitud forma parte de la tolerancia a la frustración.
    Por cierto, hay dos puntos del «coctel de la buena suerte» que matizaría: 1) Mostrar una buena imagen, 2) Ofrecer un lenguaje no verbal cautivador. Digamos que, efectivamente, son dos atributos que ayudan a «atraer a la suerte»… pero no se pueden forzar, ni están tan en nuestras manos como los demás. Yo no me preocuparía mucho por «la buena imagena», ni con «ser cautivador». Eso se da, o no se da, y debe aflorar de forma natural.
    Un abrazo, Paz 🙂

  4. Hola Amalio. En general, cuando utilizo las ideas de algún autor para escribir un post intento ser lo más neutral posible y no hacer juicios de valor para que cada cual saque sus propias conclusiones.
    En este caso en concreto, yo creo que hay cosas en la vida que «te tocan» la salud, la inteligencia o el aspecto físico pueden ser ejemplos de este tipo de cosas pero depende de nosotros lo que hagamos con las cartas con las que nos ha tocado jugar.
    Por otro lado, no soy supersticiosa, creo en la probabilidad pero también en la intuición «el estomago» o » el corazón» me dice muchas cosas, y no se suele equivocar.
    En el caso de la imagen, aunque siempre la podemos cuidar, nos viene dada en gran parte, por otro lado, el tema de ser cautivador yo lo cambiaría por «ser acogedor» creo que la capacidad para que las personas se sientan BIEN cuando están junto a nosotros es muy importante.
    Un abrazo, Amalio 🙂

  5. Me parece una chorrada supina, conozco gente super sosa que le pasan cosas maravillosas, conozco gente superposiitva que no tiene suerte.Creo que tendrás que currarte más los post,esta filosofia barata de optimismo=suert=felicidad, ya no convence.Pero vamos que si, que si me lo demuestras yo me lo creo…………díselo a los seis millones de parados, que vana tener suerte y encontrar trabajo, sólo pensando positivamente……ser más serios, a la gente no se la puede engañar así.

  6. Lamento que no te guste el post, ni el estudio de Richard Wiseman.
    Yo NUNCA le diría, a ninguno de los seis millones de parados, que pensando de forma positiva fueran a encontrar trabajo.
    Lo importante para conseguir resultados son las estrategias y las acciones. El pensamiento optimista o el pesimista, por si solos, no sirven para nada.

    Estamos viviendo una situación complicada en la que muchas personas están haciendo grandes esfuerzos por salir adelante y precisamente por eso es importante combatir los sentimientos negativos.

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